Para asegurar la correcta trazabilidad de los productos, el etiquetado del producto juega un papel fundamental. Gracias a él se proporciona importante información al consumidor, como el origen del producto, el contenido, el tratamiento y el uso del alimento.
¿Qué es la trazabilidad?
La trazabilidad es la capacidad de seguir el recorrido de un alimento a través de cada una de las etapas de la cadena alimentaria, gracias al establecimiento de un sistema de identificación y control, por ello es tan importante el correcto etiquetado.
Según el Reglamento de la Unión Europea sobre la información alimentaria, es obligatorio para los productores facilitar datos sobre el país de origen o lugar de procedencia de las carnes de porcino, ovino, caprino, aves y vacuno.
Además, otros elementos obligatorios del etiquetado serán: la denominación del alimento, lista y cuantía de los ingredientes, alérgenos, fecha de caducidad o consumo preferente, modo de conservación y empleo, razón social y dirección del operador, entre otros.
En el caso de las carnes hay exigencias adicionales. Las carnes frescas deben reflejar el número de Registro Sanitario y los productos elaborados mostrarán la Marca Sanitaria en su etiquetado.
Durante la producción y distribución del alimento, se sigue un sistema de identificación y registro que garantiza:
- Conocer la relación entre la carne y el animal del que procede.
- Proporcionar información a los operadores en las etapas posteriores a la producción y distribución relativa al etiquetado.
Gracias a este sistema se puede seguir el rastro de un alimento destinado a la producción de alimentos. Con esto conseguimos que, si se produce algún problema, se puede reconstruir el recorrido que ha seguido un determinado producto destinado al consumo.
Por tanto, debemos tomar conciencia de la importancia de la seguridad alimentaria, que garantiza la calidad y seguridad de la carne a lo largo de toda la cadena alimentaria, desde su producción primaria hasta las mesas de los consumidores.