El jamón ibérico es la estrella indiscutible de la gastronomía española. Se encuentra entre los 4 mejores productos gastronómicos a nivel mundial junto con el caviar, la trufa y el foie. Esta categoría no solo la alcanza en nuestro país sino que se trata de un producto que traspasa cada vez más fronteras para convertirse en una delicatessen allí a donde va.
Además del jamón ibérico, otras partes del cerdo ibérico, como el secreto o el tocino, son ya muy apreciadas fuera de nuestras fronteras, donde deben competir con otras elaboraciones locales a las que hoy les dedicamos este post.
En el caso de Italia, por ejemplo, se elaboran el famoso prosciutto di Parma (al que se le elimina la grasa antes de ponerlo a secar) o variantes regionales como la mancha o coppa, ambas deshuesadas y ahumadas. Gracias a la arraigada costumbre de consumir jamón curado, la llegada de nuestro ibérico, aunque no tiene mucho que ver con estas variantes italianas, ha encontrado gran aceptación en el país alpino.
En Francia existen productos que recuerdan al jamón ibérico, este es el caso de su jambon cru, aunque esta variante gala está deshuesada y ahumada o su jambon de Bayonne. Al igual que en Italia, los consumidores franceses ya eran conocedores del jamón curado, por lo que la llegada de nuestro ibérico de bellota ha sido recibida de gran agrado por los más selectos paladares del país.
Si nos alejamos de la vertiente mediterránea, es posible encontrar elaboraciones similares en países, como EEUU, China, Rusia y Hungría, como su jamón procedente del cerdo mangalica al que se le ha confundido muchas veces con el ibérico.
Qué decir de Portugal, una gastronomía tan cercana y diferente al mismo tiempo.Su presunto es una variedad de jamón serrano al que nuestros vecinos portuguese cubren con pimentón, dejan secar y eliminan la pezuña, en definitiva, un jamón curado aunque con un tratamiento y presentación claramente diferente de nuestro ibérico.
En algunos estados norteamericanos, por ejemplo, se elabora el country ham, un jamón que se suele cocinar al horno. La introducción del ibérico español en el mercado estadounidense, no ha sido una tarea nada fácil, ya que las autoridades establecen unos estrictos controles de calidad que han obligado a aquellas empresas interesadas en exportar, a realizar importantes inversiones en sus instalaciones.
Otro mercado complicado, aunque con grandes expectativas ha sido el chino. En este país es popular su jamón jinhua, elaborado de forma similar al español, pero con resultados notablemente diferentes. A partir de 2008 se empezó a exportar jamón ibérico marca españa a este país después de adecuar las instalaciones a los requisitos que marcaban las autoridades sanitarias del gigante asiático.
Por último queremos hablar de Rusia, un país en el que desde la década pasada el consumo de nuestro jamón ibérico ganó en popularidad. Los responsables han sido los turistas rusos que una vez que conocieron este producto en nuestro país, decidieron darlo a conocer a su compatriotas. En 2011 se llegó a exportar jamón ibérico a Rusia por valor de ciento sesenta millones de euros. En la actualidad las fronteras al sector cárnico permanecen cerradas.
Pese a la competencia y lo difícil que ha sido la llegada del jamón ibérico a ciertos mercados extranjeros, productos como los de Julián Martín cuentan con un gran prestigio internacional, posicionándose en un más que merecido primer lugar, gracias a su sabor, grado óptimo de infiltración de grasa y excelente composición nutricional. Características que ningún otro producto puede igualar.