El Jamón Ibérico se distingue del resto de los jamones por su textura, aroma y sabor singulares y simplemente únicos. Su sabor es delicado, equilibrado entre salado y dulce pero con un aroma muy agradable. Esta sensación en el paladar puede variar según el grado de Bellota Ibérica que haya comido el cerdo y del ejercicio que haya hecho.
En Julián Martín sabemos que el producto estrella de nuestra gastronomía es único en el mundo y, además de ofrecerte jamón de primera calidad, como apasionados que somos, queremos inculcar la cultura del jamón. Por ello, vamos a explicarte qué comen para entender de dónde salen nuestros mejores productos Ibéricos.
Los diferentes cerdos Ibéricos y su alimentación
Cerdos Ibéricos de bellota
Llamamos Cerdo de bellota 100% Ibérico a aquel que ha desarrollado toda su vida en la dehesa, un ecosistema natural derivado del bosque mediterráneo, constituido principalmente por especies arbóreas del género Quercus (encina, alcornoque, quejigos) y el estrato herbáceo, para pacer a sus anchas.
El Cerdo de Bellota 100% Ibérico se alimenta principalmente a base de hierbas, flores y otros productos naturales, alcanzando el peso óptimo de sacrificio. Los jamones con estas características son los únicos que se pueden denominar jamones de pata negra.
El Cerdo de Bellota Ibérica, es la denominación que se da a los cerdos que son de raza Ibérica, pero que no son cerdos 100% Ibéricos. Su alimentación también se basa en la bellota y pastos durante la época de montanera. Este período de engorde puede durar hasta unos dos, tres o incluso cuatro meses.
Cerdos de Cebo campo Ibérico
El Cerdo de Cebo de campo ibérico es la designación que se le da a los Cerdos Ibéricos alimentados en régimen extensivo en dehesas a base de piensos elaborados con cereales y leguminosas. Su alimentación se complementa de pastos naturales. Debemos destacar que su carne se ve favorecida por el trabajo que realizan en libertad.
Cerdos de Cebo Ibérico
Por último, se encuentra el Cerdo de Cebo Ibérico, alimentados en régimen intensivo en granja, a base de piensos elaborados con cereales y leguminosas.
Desde Julián Martín no podemos más que recomendar este alimento natural, rico y saludable. Un placer nacido de ancestrales costumbres pecuarias que mima cada uno de sus pasos. ¡De la dehesa al plato!
La montera
Se llama así al aprovechamiento que hacen los cerdos de las bellotas que se desprenden de encinas, alcornoques y quejigos. Esta es la esencia del Cerdo Ibérico y, hoy en día, a nadie se le ocurriría poner en duda que el Cerdo Ibérico (tal y como lo conocemos hoy) muy difícilmente sería posible sin la existencia de este hábitat único. Y es que, en ella, el Cerdo Ibérico encuentra no sólo bellota, sino también esos brotes de hierba y frutos silvestres tan importantes en su alimentación. Si a esto unimos el hecho de que, en este hábitat, el cerdo se encuentra en pleno y continuo ejercicio físico, comprendemos que su carne sea más fina, menos concentrada de líquidos superfluos, y por consiguiente, más completa en glucógeno.
La montanera transcurre entre noviembre y marzo, y durante esta época del año los cerdos recorren la dehesa con total libertad. El objetivo de esta puesta en libertad es dejar que los cerdos se alimenten a su libre albedrío. Comerán todo aquello que encuentren, desde alcornoques hasta hierbas pasando, obviamente, por bellotas.
Esperamos que os haya resultado útil este artículo y que de esta forma entendáis mejor de dónde vienen los productos de Julián Martín, que podréis encontrar en nuestra tienda online.
Con esto nos despedimos este mes, nos vemos en nuestro próximo artículo. ¡Hasta pronto!