Hoy nos gustaría hablarte de un tema muy importante para nosotros. Se trata del jamón ibérico de bellota y de la carne como alimentos saludables y con múltiples beneficios demostrados para nuestra salud.
En una sociedad con tanta sobreinformación, mitos y difusión de fake news se hace más prioritario que nunca explicar de forma clara y sencilla las propiedades nutricionales de lo que consumimos y de lo que con tanto cariño y esfuerzo producimos en nuestro país.
Como muchos sabéis, el jamón ibérico es un producto de lujo asociado a la celebración, el festejo, la tradición y el campo; pero también deberíamos asociarlo al bienestar, a una dieta mediterránea y a un estilo de vida saludable. El jamón ibérico se llama así porque proviene de una raza de cerdo única en el mundo que es procedente de España y Portugal. De ahí que sea raza “ibérica” frente a otras como Duroc de Estados Unidos, Landrace que llegó a finales de los 70 a España o el negro mallorquín, del que se obtiene la sobrasada.

¿Es saludable comer carne? ¿Es bueno comer jamón ibérico de bellota? (ya te adelantamos que sí, y mucho)
Esta pregunta es la pregunta del millón. Un estudio de la Universidad de Adelaida en Australia (2022) que estudió el consumo de carne en 175 países afirmó que no solo era buena para la salud, sino que además aumenta la esperanza de vida a nivel comunitario.
Asimismo, la verdad que nos ha dado mucha alegría encontrar las declaraciones de una prestigiosa psiquiatra nutricional y médico formada en Harvard,la Dra. Georgia Ede porque no ha tenido miedo en ser muy contundente en sus afirmaciones.
“La carne es buena para la salud. Hay expertos que podrían discrepar conmigo, y muchos investigadores siguen buscando pruebas que relacionen la carne con las enfermedades cardiacas, por ejemplo”.
Ella opina que tras 25 años de experiencia clínica no se ha encontrado “un argumento creíble y plausible contra el consumo de carne de cualquier tipo, incluida la carne roja, el marisco y las aves de corral”. Es más, ella aconseja que si uno no puede permitirse por su economía mucha carne o carne roja, que apueste por el marisco, el pescado graso o el hígado de ave. Respecto al origen explica que obviamente si el animal ha estado en libertad la calidad será más óptima (como en el caso del cerdo ibérico), pero que si no uno coma la carne que pueda. Lo importante es saber que cuánto más natural y fresca mejor, pero que si no se puede pues una coja carne no procesada o congelada. En este sentido, os invitamos a leer este artículo tan interesante publicado en el periódico nacional español La Razón que es muy revelador.
Características nutricionales de la carne y consejos para consumirla:
La Fundación Española del Corazón nos explica cuáles son las propiedades nutricionales de la carne en términos generales.
- Las carnes aportan entre un 16-22% de proteínas de alto valor biológico, lo que nos indica que contiene todos los aminoácidos esenciales.
- Las carnes son una buena fuente de vitaminas, principalmente del grupo B y en especial de la B12 que también encontramos en el jamón ibérico.
- La carne es más pobre en vitamina A, C, ácido fólico e hidratos de carbono exceptuando las vísceras.
- La carne cuenta con un gran aliado, el hierro de tipo hemo que favorece mejor la absorción del mineral frente al hierro de origen vegetal.
- Aportan minerales: zinc, potasio, fósforo y, en menor medida, calcio y magnesio.
- El contenido de grasa y colesterol depende del tipo de especie y de la pieza, así como de la edad y la alimentación del animal.
Respecto a cuánto y cómo consumirla la fundación nos explica que deberíamos alternar el consumo de entre 2 y 4 raciones de carne y aves a la semana respectivamente. Asimismo respecto a las porciones variará mucho el estilo de vida de cada persona pero las porciones pueden ser a partir de los 100-125 g (1 filete pequeño, 1 cuarto de pollo). En cuanto a consejos de cómo cocinar la carne nos explican que si se puede seamos selectivos a la hora de seleccionar los cortes magros y retiremos la grasa visible de la carne. En el caso de las aves lo haríamos con la piel.
A la hora de cocinar la carne – seguro que nos suena- nos piden evitar las frituras y apostar por formas de cocción que no incorporen grasas mediante cocción a la plancha, parrilla o hervido.

Cuáles son las propiedades nutricionales del jamón ibérico de bellota

Desde Julián Martín, empresa familiar de jamones y embutidos ibéricos salmantina, nos gusta mucho dar a conocer las propiedades nutricionales tan ricas que tiene el jamón ibérico en general y, sobre todo, el jamón ibérico de bellota. No solo porque sea oportuno que los consumidores sepan lo que comen, sino para que valoren esta industria del ibérico que está tan concienciada con la sostenibilidad, el bienestar animal en todo el proceso y con una calidad excelente en el producto final.
- El jamón ibérico de bellota es saludable porque posee ácido oléico, que es bueno para tu corazón. La grasa del cerdo ibérico se caracteriza por tener un elevado contenido en ácido oléico (alrededor del 55-65% del mismo) dado que la alimentación del animal ha sido estrictamente natural a base de bellota.
- El jamón ibérico es una fuente rica en vitaminas del grupo B, esenciales para el buen funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso. Entre ellas se encuentran la B1, B6 y B12, que contribuyen al desarrollo cerebral, fortalecen el sistema inmunitario y garantizan el correcto funcionamiento del sistema nervioso.
- En cuanto a los minerales, el jamón destaca por su elevado contenido de hierro hemo y sodio. El hierro hemo, presente en alimentos de origen animal como carnes y pescados, se absorbe con mayor facilidad que el hierro vegetal. Su función es clave: colabora con las proteínas responsables de transportar oxígeno a los pulmones y músculos.
- El jamón ibérico de bellota destaca por su elevado contenido en proteínas. En 100 gramos de este producto se encuentran aproximadamente 34 gramos de proteínas, lo que lo convierte en una excelente opción para aumentar la masa muscular.
Las grasas monoinsaturadas son grandes aliadas en la lucha contra el colesterol. Presentes en alimentos de origen vegetal como los aceites vegetales, las nueces o el aguacate, estas grasas aportan energía, ayudan a mantener el calor corporal y refuerzan el sistema inmunológico. En el caso del jamón ibérico, su consumo contribuye a disminuir los niveles de colesterol LDL —conocido como “el malo”— y a elevar los niveles de HDL, o “colesterol bueno”. Esta combinación reduce considerablemente el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Qué núcleos de la población deberían consumir jamón ibérico de bellota

En este punto nos gustaría enfatizar lo obvio, que todos deberíamos llevar una dieta variada y equilibrada. Ahora se escucha mucho hablar de ‘dieta inflamatoria’. ¿En qué consiste? Pues, como explican desde el centro médico Teknon del grupo Quirón Salud, en llevar un enfoque de la alimentación que busque “reducir la inflamación crónica en el cuerpo, un proceso asociado con el desarrollo y progresión de diversas enfermedades, incluidas las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y ciertas afecciones autoinmunes”.
Para ello es importante comer de todo: frutas y verduras, pescado graso como el salmón, la caballa y las sardinas; cereales integrales que nos aportan fibra como el arroz integral, la quinua y la avena; frutos secos y semillas ricas en grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas como las nueces y almendras y grasas saludables entre las que encontramos el aguacate, el aceite de oliva y el jamón ibérico de bellota, como ya os hemos mencionado anteriormente. Por último, no nos podemos olvidar de tres grupos de alimentos clave como las legumbres que son fuentes de proteínas excelentes como los frijoles, las lentejas y los garbanzos; el uso de hierbas y especias en nuestros platos preparados en casa como la cúrcuma, el jengibre, el ajo y la canela, entre muchos otros, y los probióticos como el yogur, el kéfir y el chucrut.
El jamón ibérico de bellota es un alimento que puede ser incluido generalmente en la dieta de toda la familia, salvo casos excepcionales que se prescriba lo contrario. Los niños pueden disfrutar del jamón ibérico de bellota a partir del primer año dado que contribuye a su crecimiento y desarrollo como fuente de proteínas, en trocitos pequeños y vigilando que lo digieran bien. El resto de miembros de la familia lo pueden tomar con moderación cada semana para desayunar o acompañar un plato con verduras o un buen aperitivo. Incluso miembros que tengan diabetes podrían consumirlo controlando sus niveles de azúcar en sangre porque el jamón ibérico es bajo en carbohidratos y no contiene azúcares añadidos.
¿El jamón ibérico engorda?
Está muy extendido entre los ciudadanos hablar de ‘productos que engordan y no engordan’ aunque cada vez más médicos y nutricionistas como las chicas de Futurlife enfatizan que estar delgado no es sinónimo de salud. Cuando hablamos de alimentos hay que hablar de sus nutrientes y no de sus calorías. En una dieta equilibrada ni se deberían eliminar unos alimentos ni abusar de otros, sino comer variado y seguir una alimentación rica en nutrientes.
Para las personas que están cuidándose porque están en sobrepeso o que hacen mucho deporte es un alimento idóneo en raciones adecuadas de 30 gramos dado que puede aportarles las proteínas que necesiten. Una ración de 100 gramos de jamón de bellota contiene un aporte de 250 kcal aproximadamente, por lo que su consumo de forma moderada puede ir de la mano de una dieta mediterránea equilibrada.
El jamón ibérico de bellota contiene grasas monoinsaturadas, o conocidas como “grasas saludables”, que proporcionan energía, calor y fortalecen el sistema de defensa. Otros alimentos de este grupo de alimentos son el aguacate, las nueces y el aceite de oliva, por ejemplo.
En definitiva, el jamón ibérico de bellota ayuda a reducir el nivel del colesterol LDL, comúnmente conocido como “el malo” y aumenta las tasas del bueno, HDL; lo que disminuye el riesgo de padecer cardiopatías y accidentes cerebrovasculares.
¿Pueden las embarazadas tomar jamón ibérico con más de 24 meses de curación? ¿Congelado?

El embarazo es una etapa preciosa tanto para la mujer como para toda su familia y por ello es fundamental comer todos los alimentos aptos para el correcto desarrollo del bebé y de la madre.. En este sentido, desde Julián Martín nos gusta decir que la última palabra sobre qué comer o no la tiene la madre y que en todo momento debe seguir las recomendaciones de sus ginecólogos y matronas.
Respecto al consumo de jamón ibérico en el embarazo hay infinidad de opiniones al respecto. La teoría nos dice que un jamón que ha pasado por un proceso de curación de 18 meses es apto para la embarazada porque ese proceso asegura que no exista el parásito de la enfermedad conocida como la toxoplasmosis. En este sentido, el Centro de Investigación y Calidad Agroalimentaria del Valle de los Pedroches (CICAP) compartió un estudio en 2018 en el que confirmaba que a partir de 15 meses de curación la toxoplasmosis pierde su acción y que con 24 meses de curación nos aseguramos la no supervivencia del parásito. No obstante, hay ginecólogos que dicen en confianza a los pacientes que el riesgo cero solo existe cuando dejas de consumir un producto.
También se escucha mucho que si congelas el jamón ibérico unos días en el congelador sirve, aunque también hay ginecólogos que confirman que los congeladores de los hogares no son igual de óptimos que los de las casas y que prefieren que no los tomemos. Así, que como conclusión diremos que el jamón ibérico de bellota sí es apto en el embarazo.
Lo que sí recomendamos sin ninguna duda es volver a disfrutar del jamón ibérico de bellota con asiduidad una vez la madre está dando el pecho porque posee grasas esenciales para su recuperación y también que nutren al bebé.
Y hasta aquí el blog de hoy, nos vemos en el siguiente 🙂