El jamón ibérico se distingue del resto de los jamones por su textura, aroma y sabor singulares y claramente distinguibles. La carne tiene un sabor delicado, poco salado o dulce y su aroma es agradable. Esta sensación en el paladar varía según el grado de bellota que haya comido el cerdo y del ejercicio que haya hecho.
Por esta razón hoy os pasamos a contar en qué consiste dicha alimentación.
La alimentación del cerdo ibérico
El cerdo de bellota 100% ibérico es aquel que ha desarrollado toda su vida en la dehesa, un ecosistema derivado del bosque mediterráneo, constituido por especies arbóreas del género Quercus (encina, alcornoque, quejigos) y el estrato herbáceo, para pacer.
El cerdo de bellota 100% ibérico, recibe una alimentación a base de hierbas, flores y otros productos naturales y en la época de montanera, período de engorde que dura unos dos, tres o incluso cuatro meses y que tiene lugar entre los meses de noviembre y marzo, el cerdo se alimenta de bellotas y pastos, alcanzando el peso óptimo de sacrificio. Los jamones con estas características, son los únicos que se pueden denominar jamones pata negra, según la norma del Ibérico de la que ya os hablamos recientemente.
El cerdo de bellota ibérico, es la denominación que se da a los cerdos que son de raza ibérica pero que no son cerdos 100% ibéricos. Su alimentación también se basa en la bellota y pastos en la época de montanera.
El cerdo de cebo de campo ibérico, es la designación que se le da a los cerdos ibéricos alimentados en régimen extensivo en dehesas a base de piensos elaborados con cereales y leguminosas. Su alimentación se acompaña de pastos naturales. Destacar que su carne se ve favorecida por el trabajo que realizan en libertad.
Por último se encuentra el cerdo de Cebo ibérico. Se trata de cerdos ibéricos alimentados en régimen de intensivo, esto es estabulados en granja, a base de piensos elaborados con cereales y leguminosas.
Desde Julián Martín no podemos más que recomendar este alimento natural, rico y saludable. Un placer nacido de ancestrales costumbres pecuarias que mima cada uno de sus pasos. ¡ De la dehesa al plato!