Si hay un embutido que nos transporte a nuestra infancia, ese es el chorizo ibérico.
¿Quién no recuerda esos bocadillos gigantes de la abuela? Esos que te daba para merendar nada más llegar del colegio.
¡Sin duda era la mejor fuente de energía!
Es más, a muchos de esos bocadillos también se les añadía un poco de mantequilla. Sí sí, ¡mantequilla! Puede parecer una combinación rara, pero la mezcla del sabor potente del chorizo ibérico con el toque cremoso de la mantequilla, era espectacular.
Sin duda este embutido ibérico tiene unas características que lo hacen único y, si quieres saber cuáles son, te recomendamos que sigas leyendo este artículo.
El origen del chorizo ibérico
En la antigua Grecia y Roma ya se tiene constancia de que hubiera embutidos. Sin embargo, no adquirieron su característico color rojizo hasta el siglo XVI, cuando el pimentón llegó a España, concretamente a la comarca de la Vera.
Fue entonces cuando esta especia culinaria se empezó a utilizar en la elaboración del chorizo ibérico.
Hasta entonces, los chorizos tenían un color negro o incluso blanco si no llevaban sangre. Prueba de ello, son los escritos encontrados en una obra de 1624 de Quevedo donde menciona “negros chorizos”.
La elaboración del chorizo, más que una necesidad, era una tradición. La matanza era una costumbre de los pueblos, y el chorizo ibérico se solía elaborar por las propias familias. No obstante, esta costumbre todavía permanece en algunos rincones de la península.
Cómo se elabora el chorizo ibérico en Julián Martín
La elaboración de nuestro chorizo ibérico comienza, como no podría ser de otra manera, con el animal, el cerdo ibérico.
De él extraemos la parte del magro, una parte noble con un potente sabor, y el tocino ibérico. Aquí, la clave está en el equilibrio entre el picadillo del magro y la cantidad de tocino.
Picamos las piezas y las mezclamos hasta conseguir un resultado homogéneo y, una vez que lo tengamos, añadimos la sal y el pimentón de la Vera para que adquiera el tono rojizo.
Durante este proceso, es importante controlar la cantidad de pimentón dulce y pimentón picante. Aunque esto, como siempre, dependerá del gusto de cada uno.
Sin duda, el pimentón es el ingrediente estrella para que nuestros chorizos tengan ese sabor potente y que se impregna en el paladar.
Por eso, todos nuestros proveedores son de la zona de la Vera, en Extremadura, y siguen todos los procesos para darnos un producto de máxima calidad y de origen 100% español.
Nuestro chorizo ibérico de bellota o el chorizo picante ibérico son una prueba de ello.
Una vez se ha mezclado todo, hay que dejar reposar la mezcla. También se puede hacer lo que en algunas zonas de España se conoce como la “prueba del cerdo”.
Es un plato típico de algunas provincias y que normalmente se hacía en las matanzas. Consiste en apartar un trozo de esa carne y freirla en una sartén. Así sabían si la mezcla estaba bien hecha y tenía el punto exacto de sal y pimentón.
Los tipos de Chorizo Ibérico
El chorizo ibérico es muy versátil. Tanto que, dependiendo del uso final que le vayamos a dar, podemos encontrar unos tipos u otros.
Por ejemplo, la curación de un chorizo ibérico será mucho menor si lo vamos a incorporar a guisos o platos de cuchara como el cocido.
También se puede preparar frito, en barbacoa o con la técnica “Al infierno”, que consiste en cocinar el chorizo en llamas.
Pero, sin duda, el sabor final lo marcará la calidad del embutido.
El chorizo ibérico de vela
Llamado así precisamente por su forma alargada y de menor tamaño que otras piezas de chorizo.
El chorizo ibérico de vela es de tamaño pequeño, aproximadamente unos 25 cm de largo y unos 3 cm de grosor.
Podemos encontrarlo embuchado en tripa natural o artificial, aunque en Julián Martín su elaboración es totalmente artesanal.
El chorizo ibérico cular
Es, junto con el chorizo de vela, una de las presentaciones del chorizo más populares.
El chorizo cular es más robusto, tiene un grosor de hasta 10 cm y se embute con las tripas más gruesas del cerdo ibérico.
A diferencia de otros tipos de chorizo, esta variedad no se encuentra en chorizos procedentes de cerdos blancos ni en chorizos curados.
Al igual que el resto de nuestros embutidos, para su elaboración utilizamos tripas naturales, y su proceso de curación alcanza los 4 meses en nuestras bodegas en Guijuelo.
Chorizo ibérico de bellota
Si hablamos de raza y alimentación, podemos encontrar chorizo ibérico de bellota, que proviene de nuestros cerdos alimentados por bellota en la época de la montanera y destaca por su gran sabor.
Se elabora a partir de los magros más selectos del cerdo ibérico y se adereza con ajo, sal y pimentón de la vera.
Beneficios del chorizo ibérico
Es cierto que, por su alto contenido en grasa, este embutido tienen un aporte calórico mayor que el lomo o el jamón ibérico.
Sin embargo, también presenta una gran cantidad de proteínas de origen animal y es rico en minerales como el hierro, magnesio, zinc, fosforescente, selenio y sodio.
También tiene una elevada cantidad de ácido oléico, lo que hace que tenga propiedades cardiovasculares beneficiosas para la salud.
Como cualquier alimento, siempre y cuando se consuma en cantidades moderadas y dentro de una dieta sana, podrá aportar grandes beneficios a nuestro organismo.
Si quieres encontrar chorizo ibérico de calidad, en nuestra tienda online puedes elegir entre todas las variedades.
¡Nos vemos en el siguiente post!