Todos sabemos de la buena calidad que goza un cerdo ibérico, especialmente la de los jamones, por eso son únicos en el mundo. Pero, ¿de qué depende esa calidad?
Hay varios factores que se consideran importantes para adquirir esa calidad, aunque los más sonados son la raza y alimentación. Sin embargo, otros aspectos como la edad, el peso y el ejercicio también juegan un papel fundamental.
Este último aspecto en concreto, es el que vamos a analizar en este artículo, pues quizá sea el menos conocido y al que menos importancia se le de.
Para empezar, debemos saber que la grasa del cerdo es responsable de las características de calidad de la carne. Cuanto más ejercicio haga el animal, más grasa quemará y mayor proporción de músculo en su cuerpo generará.
Los cerdos hacen ejercicio para alimentarse, es decir, para buscar la bellota esparcida por la dehesa. Por tanto, cuanto más recorran en la dehesa, tendrán mayor posibilidad de ingerir bellota y satisfacer su apetito.
Así pues, si la producción de bellota es escasa, el cerdo tendrá que recorrer más kilómetros para buscarla y la mayor parte de su energía será consumida haciendo ejercicio. Su ganancia media diaria será menor y tardará más tiempo en alcanzar el peso de sacrificio.