El Jamón Ibérico de Bellota siempre ha sido uno de los antojos más populares entre las futuras madres de nuestro país y uno de los que menos se ha satisfecho en la creencia de que el jamón podía transmitir la toxoplasmosis, enfermedad de síntomas leves para la madre pero que puede afectar gravemente al feto. El Centro Tecnológico Andaluz del Sector Cárnico ha realizado un estudio para comprobar que el parásito responsable de esta enfermedad no sobrevive al proceso de salado y a un curado superior a 24 meses (muy inferior al de nuestro Jamón Ibérico de Bellota) cuyo resultado se integrará en un protocolo unificado con la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia sobre la toxoplasmosis para evitar las informaciones contradictorias que llegan a las futuras madres.
Si a esta buena noticia, unimos la elevada concentración del Jamón Ibérico de Bellota en ácido fólico y hierro, esenciales durante el embarazo, además de vitaminas B1, B2, B3, B6 y E y su alto contenido en sodio y cinc, micronutrientes fundamentales durante el periodo de lactancia poco a poco dejaremos de verlo como un alimento a evitar durante el embarazo para considerarlo una buena fuente de nutrientes muy importantes para la mujer en estado. Eso sí, su consumo, como el de todos los alimentos debe ser moderado y ajustado a una dieta equilibrada, diseñada en función de cada individuo.
El contenido de este artículo es divulgativo y generalista y no debe sustituir nunca el consejo del médico o el especialista en nutrición que te atiende en cada circunstancia. Por eso, si necesitas consejo médico, sigues una dieta especial o tienes necesidades nutricionales específicas, debes acudir al profesional sanitario más adecuado en cada caso.