El jamón ibérico cuenta con un gran número de seguidores. Su gran sabor lo convierte en uno de los platos estrellas en aperitivos y cócteles. Sin embargo, para que sus características destaquen, el loncheado debe ser suficientemente fino y preciso. No es suficiente con cortar jamón. Un cortador de jamón profesional aportará el valor añadido a un producto de calidad dando como resultado un gran evento.
La mejor presentación
Un buen jamón debe ser abierto con cuidado. El jamón ibérico debe ser tratado con mimo. Todas las lonchas deben ser parejas y de una longitud máxima de ocho centímetros, de forma que se puedan llevar a la boca dobladas o enteras. Y algo muy importante, muy finas… Para que esto funcione correctamente, se han de dominar las técnicas para sacarle el máximo partido a cada parte del jamón, y tener los utensilios en perfecto estado.
En un evento de alto nivel, además, ni siquiera es suficiente con que el producto esté bien cortado. La presentación en el plato es esencial para que los invitados perciban la calidad. Cuidar la disposición de cada loncha. Y es que hay que tener en cuenta que el primer sentido que empieza a degustar es la vista.
Es un error cortar el jamón ibérico más allá de la carne y de la zona que se está consumiendo o se va a consumir, ya que la capa exterior de carne y grasa, actúa de capa protectora. Y un detalle no menos importante: el jamón ibérico nunca ha de ser servido frío, siempre a temperatura ambiente.
En los certámenes de corte, se valora tanto la precisión del corte como la presentación del plato y el rendimiento que se le saca a la pieza. Cuando se atienden todos los detalles, se consigue sacar todo el partido de una pieza de jamón ibérico de alta calidad. Y, por ello, es mejor dejarlo en manos de profesionales.